lunes, 28 de septiembre de 2020

Una salida fácil, apagar la máquina. Por qué la idea siempre me pareció y me sigue pareciendo tan atractiva? Todos me dicen que le ponga ganas, que ya se me va a pasar, que hay gente que la pasa peor. Y eso como lo saben? Nadie puede medir mi dolor. Cuando tenés depresión todos te juzgan por tantas cosas que incluso te empezas a juzgar vos mismo. A mí me acompleja tener que medicarme. Ni medicandome logro ser feliz, entonces, que me queda? Hace un año ya tuve mi primer intento de suicidio, y pese a hacer terapia y demás, nunca dejó de ser una opción, ni un solo día. Imagínate sentirte tan disconforme con todo que consideras quitarte la vida. Disconforme con una vida en la que no te falta nada, pero todos los días apenas abrís los ojos la vocecita de tu cabeza te dice: no te levantes, es al pedo.
Y lo es, realmente es al pedo. 
Me empiezo a dar cuenta que soy una carga. Mi mamá llora porque yo no puedo ser feliz, mi papá me promete que si tuviera la solución para mí tristeza me la daría, mi hermana ni siquiera se entera. Y yo sufro por todos.
Lo miro al perro y le pregunto si se pondría triste si yo no vuelvo más un día. Asumo que me dice que si. Y así aguanto. Un día a la vez.

No hay comentarios:

Publicar un comentario